Baccharis concava
Plantae / Magnoliophyta / Magnoliopsida / Asterales / Asteraceae / Baccharis / concava
Nombres vulgares: Vautro, Gualtro
Es un arbusto dioico, perenne, de como máximo 1,2 m de alto. Posee copa redondeada, compuesta por múltiples ramas, y un follaje exuberante y perenne. Los tallos son desnudos en la base y hojosos en los extremos. Las hojas se disponen sésiles y alternas en las ramas, son simples, de forma ovada a cuneiforme, con el borde entero o con 3 a 5 dientes de cada lado y el ápice redondeado. Son cóncavas, lo que inspiró su nombre científico; además, resinosas y brillantes por el haz. En los tallos florales presenta hojuelas pequeñas y simples, de forma linear. Sus flores se reúnen en inflorescencias de tipo capítulos, de color amarillo claro, reunidos en corimbos que pueden ser axilares o terminales, de aspecto similar en las plantas de ambos sexos. El fruto es un aquenio cilíndrico comprimido que aparece sólo en las plantas hembras.
Es una especie nativa que crece en sitios pedregosos, secos del bosque, en especial, en el cipresal y en la zona de contacto con la estepa, entre el norte de Neuquén y el norte de Chubut siendo más difundida en Chile, donde llega hasta el norte de ese país.
Flores: Las flores se disponen en inflorescencias compuestas tipo capitulos agrupados en corimbos axilares o terminales. Son dioicas, y en ambos pies, las inflorescencias femeninas como masculinas son similares. Cada capítulo es sésil y presenta un involucro angosta y comprimido con pequeñas brácteas laminares de forma aleznada. Las flores son isomorfas, tubulosas y de color blanco amarillento o verdoso. Flore entre setiembre y noviembre.
Extraído de: Bischeimer, María Victoria.
Flores de la Patagonia Argentina. Flores nativas y exóticas presentes en los ambientes cordilleranos y precordilleranos de la Patagonia argentina. – 1ª. Ed. – Neuquén: Serie Patagonia, 2012. 240 p. ; 23x15cm. ISNB 978-987-28116-0-0