Balaenoptera borealis

Identificación: L: 15-21 m P: 20-40 tn

Su cuerpo es alargado y estilizado. La cabeza vista de arriba tiene forma de V, algo más redondeada que la de la ballena fin (B. physalus) y presenta una cresta longitudinal que se extiende desde los orificios respiratorios hasta el extremo del rostro. En la garganta posee entre 32 y 62 pliegues ventrales, más cortos que en otros rorcuales y que terminan por detrás de las aletas pectorales. En la quijada superior presenta unos 300 a 410 pares de barbas que tienen un largo de 75 a 80 cm y son de color gris oscuro con un borde fino blancuzco. Las aletas pectorales son relativamente cortas y finas. La aleta dorsal tiene forma de hoz, alcanza una altura de 60 cm y si bien se inserta en el tercio posterior del cuerpo, está más adelantada que en otros rorcuales. El pedúnculo caudal es grueso y la aleta caudal es pequeña con relación al cuerpo y de forma ligeramente triangular. La coloración del dorso, los flancos y la parte posterior del vientre es gris oscura o gris azulada, mientras que el resto del vientre es blanco o crema. A lo largo del cuerpo con frecuencia presenta cicatrices circulares, de color blanco o gris claro, producidas por lampreas. El resoplido es columnar, ligeramente dirigido hacia atrás y es relativamente bajo, alcanza una altura máxima de 3 metros. Los machos son más pequeños que las hembras y los ejemplares del hemisferio sur son más grandes que los del hemisferio norte.

Distribución: Se distribuye en todos los océanos y mares del mundo, desde las zonas subtropicales hasta las áreas subárticas y subantárticas. En Argentina hay registros de varamiento para Buenos Aires, Península Valdés e Isla de los Estados y numerosos avistajes en las Islas Malvinas.

Hábitat: Vive preferentemente en aguas oceánicas profundas, rara vez se la observa cerca de las costas. Es más frecuente en aguas templadas y subtropicales y sólo ocasionalmente aparece en aguas polares.

Costumbres: Es solitaria o vive en pequeños grupos de 2 a 5 individuos, aunque también se pueden observar en las áreas de alimentación agrupaciones más numerosas, de hasta 30 ejemplares. Realiza migraciones estacionales hacia altas latitudes en el verano, para alimentarse, y hacia las bajas en el invierno, cubriendo miles de kilómetros en dichos desplazamientos. Produce vocalizaciones de baja frecuencia, que se trasmiten a grandes distancias en el agua. Habitualmente nada cerca de la superficie y por lo general emite resoplidos cada 40 a 60 segundos, durante 1 a 4 minutos, para luego sumergirse por 5 a 20 minutos a profundidades de no más de 300 m. Cuando emerge del agua, el orificio respiratorio, la aleta dorsal y el lomo permanecen visibles durante un cierto tiempo; la aleta caudal permanece debajo del agua y no asoma antes de una inmersión. Puede desplazarse a grandes velocidades, alcanzando los 50 km/h en distancias cortas. En raras ocasiones se la observa saltar fuera del agua. Se alimenta básicamente de krill y de otros pequeños crustáceos. Se alimenta como los otros rorcuales, pero también captura a sus presas nadando lentamente en superficie con la boca abierta y reteniendo el alimento entre las barbas, que están muy próximas entre sí. Relacionados a esta técnica, los pliegues de la garganta son muy cortos y por lo tanto la cantidad de agua que ingresa a la boca es menor. En ocasiones también consume pequeños peces y calamares, a los que captura llenado la boca con agua, para luego dejarla salir a través de las barbas, reteniendo así a sus presas.

Reproducción: Las hembras dan a luz cada dos o tres años. La gestación se prolonga por aproximadamente un año. La cría nace a mediados del invierno, mide alrededor de 4,5 m y pesa unos 680 kg. El cachorro permanece lactando junto a su madre durante aproximadamente 6 a 7 meses, hasta alcanzar unos 8 m de largo y un peso de 4 tn. El destete ocurre durante el verano en altas latitudes, donde se encuentran las zonas de alimentación. Alcanza la madurez sexual entre los 8 y 11 años, cuando se encuentra cerca de su talla máxima. Se calcula que vive más de 50 años.

Situación poblacional: Comenzó a ser explotada recién después que las poblaciones de ballena franca, azul y fin se agotaran, pues debido a su gran velocidad de desplazamiento resultaba difícil de ser capturada. Se estima que hacia fines del siglo XX se habían cazado cerca de 200.000 ejemplares. Aparentemente en la actualidad las poblaciones se están recuperando, aunque se carece de evaluaciones precisas sobre su estado. CITES: Apéndice I. UICN: en peligro. Argentina: vulnerable. Brasil: vulnerable. Chile: en peligro.

Extraído de:  Olga Vaccaro y Marcelo Canevari;  con colaboración de Gustavo Carrizo.

Guía de Mamíferos del Sur de América del Sur. 1ª. Ed. – Buenos Aires: L.O.L.A., 2007. 424p.; 22 x 15 cm. ISBN 978-950-9725-81-2