Crotalus durissus

DESCRIPCIÓN: Un robusto crotalino cuyo cuerpo robusto, lateralmente comprimido y ventralmente aplanado, alcanza o pasa los 1.000 mm.: Berg (1898) cita especimenes de Resistencia (Chaco) de unos 1800 mm., con 10 segmentos o sonajillas de su cascabel caudal, otros de 1240 mm. Con 8 segmentos y de 1120 mm. Con 5 segmentos, pues el aumento del número de sonajillas estaría en relación con el tamaño y edad de los ejemplares. Cabeza grande, subtriangular, con cuello angosto; hocico ligeramente prominente y truncado; rostral triangular algo más alta que ancha; narina entre dos grandes escamas cuadrangulares y desiguales; anchas internasales triangulares, sobresalientes en sus bordes tanto como las cantales y, cuando hay, las postcantales; prefrontales grandes, irregularmente rectangulares; supraoculares de contorno semielíptico, anchas y lisas, acompañadas por escudetes agrandados en el espacio interocular; en la región cefálica posterior a las supraoculares, occipital y nucal, escamas pequeñas, puntiagudas y fuertemente quilladas. Ojo con pupila vertical y de modesto diámetro, aparece contenido una vez y media en su distancia de la narina: posteriormente hay diminutas postoculares, inferiormente lo circundan 2-3 series de escamitas heterogéneas, anteriormente en contacto con la loreal y las escamas que encierran la foseta sensorial, honda, completamente rodeada por escudetes y a la altura de la 3° supralabial. Normalmente hay 13-16 supralabiales y 14-17 infralabiales, de las cuales las tres primeras en contacto con las geneiales anteriores, mas del doble de tamaño que las posteriores. Escamas dorsales quilladas usualmente en 27 hileras en la mitad del cuerpo; ventrales 169-190; placa anal entera. Por lo tanto se observa un dimorfismo sexual altamente significativo en la lepidosis ventral. Paralelamente la longitud relativa de la cola con respecto a la longitud total resulta de un 8,4-10,3 % en los machos, una 5,5-6 % en las hembras: elemento de comparación muy útil para una segura separación de sexos en las muestras. Coloración: castaña, más o menos intensa o grisácea en los especimenes argentinos. En la cabeza líneas amarillas imprecisas, poco notorias, pueden atravesar las escamas escutiformes internasales; una banda marrón con bordes amarillos corre desde la región inferior del ojo a la comisura bucal; fajas castañas oscuras también ribeteadas de amarillo, del ancho de 3-4 escamas, salen de las supraoculares y recorriendo longitudinalmente la región occipitonucal se prolongan confusamente con el cuello y dorso, perdiéndose a una altura correspondiente a unas 20 escamas ventrales. Reemplazan allí a estas bandas, hasta el extremo de la cola, las figuras rombales, geométricas y simétricas que constituyen el patrón característico de la subespecie terrificus, bien delimitada por escamas marginales negruzcas  y amarillentas y con superficie interior uniforme, pardusca o grisácea. En la extremidad de la cola la coloración se oscurece haciéndose más intensa en la unión con el segmentado “crotalo” amarillento blanquecino. En la faz ventral predomina un tinte homogéneo amarillento o castaño pálido, gradualmente más pigmentado hacia la extremidad caudal.

HÁBITOS y otros datos: Especies realmente abundantes en ciertas zonas: en Santiago del Estero, en el Instituto de Animales venenosos, dedicado a la preparación de sueros antiofídicos, en menos de 10 años se entregaron más de 5000 especímenes vivos, recolectados sólo en dicha provincia; en Tucumán, los cultivos de caña de azúcar favorecieron la proliferación de Ctenomys, roedores que atacan las raíces de las cañas, provocando en varias áreas una excepcional multiplicación de los Crotalus, o “cascabeles”, como vulgarmente se los llama. En efecto los micromamíferos son las presas habituales de estos crotálinos, relativamente lentos y poco agresivos, pero temibles cuando se los ataca, elevando un tercio o más de su cuerpo por arriba del suelo, doblando el cuello en forma de resorte y dirigiendo resueltamente la cabeza y sus formidables colmillos hacia el adversario. De hábitos nocturnos, se abrigan a menudo en cuevas abandonadas, en troncos huecos o en vizcacheras: normalmente son ovovivíparos. Los casos de ofidismo por “cascabel” son relativamente escasos. Interesantes estudios se hicieron, y se siguen haciendo, acerca de las propiedades y composición de las toxinas, a la vez en Crotalus dirisus dirisus, donde aquellas no tendrían efectos neurotóxicos, y en Crotalus dirisus terrificus, cuya toxina más especializada, o neurotoxina, provocarían progresivamente parálisis neuromuscular y rápida hemólisis de los eritrocitos. Las denominaciones linneanas, específica y subespecífica, se refieren sin duda al temible aspecto y comportamiento de estos vipéridos.

DISTRIBUCIÓN: En toda su distribución se limita a hábitats relativamente secos, cuya vegetación consiste en sabanas, matorrales, o vegetación caducifolia. Desde el norte de Mendoza, en La Pampa, San Juan, San Luis, Santa Fe, Córdoba, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos, Misiones. Fuera de la Argentina, desde la región Puno-Madre de Dios en Perú, en Bolivia, Paraguay, norte de Uruguay y en Brasil desde Río Grande do Sul a Mato Grosso y Minas Gerais al norte.

FUENTE: Cei, J. M., 1993. Reptiles del noroeste, nordeste y este de la Argentina. Herpetofauna de las selvas subtropicales, Puna y Pampas. Monografía XIV. Museo Regionale di Scienze Naturali. Torino. 949 pp.