Xenodon merremi

DESCRIPCIÓN GENERAL: Reconocible de los demás colúbridos de su extensa área en la Argentina por su peculiar coloración que simula a grandes rasgos a los patrones de coloración de Bothrops (en particular B. neuwiedi). De la única forma de Xenodon con la cual puede hallarse en simpatría en Misiones (X. neuwiedi) se distingue también por la coloración muy diferente, por un menor número de dientes maxilares, por la mayor movilidad de los maxilares y la excepcional magnitud de sus colmillos posteriores.Puede alcanzar hasta 1100 mm, pero normalmente su longitud total es menor, representando en ella la cola aproximadamente 1/8. Cuerpo robusto y deprimido; asimismo ancha y deprimida la cabeza distinta del cuello, de hocico redondeado y región ocular algo hundida; el diámetro del ojo, de pupila redonda, igual a su distancia de la narina. Rostral subtriangular más ancha que alta, visible desde arriba; narina entre dos nasales; loreal poligonal grande, en amplio contacto con una preocular agrandada (a veces dos); dos postoculares (a veces tres); Internasales tan largas como anchas, más pequeñas que las prefrontales; supraoculares casi rectangulares, en superficie casi la mitad de la frontal, subtriangular alargada, su largura sobrando algo las ensanchadas parietales; temporales 1+2 (con variaciones); 7 (raramente ocho) supralabiales, las últimas tres más grandes, las 3a y 4a en contacto con el ojo; infralabiales 8-9 (con notable ensanche de la 4a), de las cuales cuatro-cinco en contacto con la geneial anterior, que es más que el doble de la posterior.
Escamas dorsales lisas, sin fosetas apicales; en 19 hileras en el medio del cuerpo; anal dividida; ventrales 140-149 y subcaudales divididas 37-47 en los machos, 145-160 y 32-40 en las hembras, pues con dimorfismo en la lepidosis inferior (fide Abalos et al. op. cit.: para poblaciones de Santiago del Estero).
Coloración: variable, superiormente fondo castaño claro o aceitunado, amarillento con patrón borroso en ejemplares muy viejos. Patrón de manchas dorsales y caudales marrón oscuro ribeteadas de blanco, siguiendo regularmente en todo el cuerpo en forma de X muy alargados con puntas terminales anchas, los que podrían aún o mejor considerarse como manchas bilaterales y regulares, subtriangulares ensanchadas, fusionadas en la línea vertebral: coloración efectivamente convergente hacia el patrón característico de ciertos Bothrops. En la cabeza hay tres bandas oscuras oblicuas e interrumpidas (preocular, postocular, parietal) formando unos ángulos divaricados e irregulares; manchas oscuras confusas en el hocico, y otras más netas en las suturas entre supralabiales, las que a veces son reemplazadas por puntuaciones negruzcas. Inferiormente blanquecino, con manchitas irregulares oscuras en los bordes de las ventrales, no angulosas.

HÁBITATS y otros datos: Serpiente especializada para un régimen eminentemente batracófago, pero terrícola y apta a resistir en ambientes áridos, con notables variaciones estacionales como los chaqueños. Sus presas son fundamentalmente los sapos xerófilos de notable tamaño como Bufo paracnemis, B. ictericus o B. arenarum, logrando engullir especímenes de peso muy superior a su mismo peso. Todas las modificaciones morfológicas de su aparato bucal concurren a estos fines, como el citado acortamiento y la extrema movilidad del maxilar, el enorme desarrollo del colmillo posterior, la separación excepcional de las dos ramas de la mandíbula facilitada por un notable alargamiento del hueso cuadrado, etc. Agarrando sus presas de mayor tamaño, p.e. Bufo paracnemis, cuya principal defensa es la descomunal inflación de los pulmones con gran abultamiento del volumen corporal, Waglerophis merremi le hinca profundamente sus poderosos colmillos, desinflando rápidamente el aire pulmonar y permitiendo así la deglución de la víctima por la cabeza. Waglerophis es notoriamente inmune a las potentes toxinas del veneno cutáneo de los sapos.
Se trata sin duda de una de las especies más investigadas de toda la herpetofauna del país. Merecen aquí simplemente mención las raras actitudes de defensa de Waglerophis, dilatando el cuello, abriendo desmesuradamente la boca, aplastando la cabeza hasta llevarla a una forma casi triangular y simulando ataques intimidatorios similares a los de Bothrops, sorprendentes en un animal en realidad inofensivo.
Su reproducción se encuadraría en el esquema de un modelo "asociado" (Chiaraviglio & Orozco, 1991.), pues con gónadas en su máxima actividad al tiempo del cortejo y cópula, en primavera, luego de los meses hibernales. Parecería haber varios picos anuales de actividad sexual y posturas: el número de huevos en cada una de aquellas varía de 5-6 a unos 30, de acuerdo con el tamaño de las hembras.
El nombre de la especie fue dado por Wagler como homenaje al naturalista Merrem, del siglo pasado.

DISTRIBUCIÓN: Amplia y continental, desde las Guayanas a Brasil, Paraguay y Bolivia. En la Argentina en Jujuy, Salta, Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, San Juan, San Luis, Córdoba, Santa Fe.

FUENTE: Cei, J.M., 1993. Reptiles del noroeste, nordeste y este de la Argentina. Herpetofauna de las selvas subtropicales, Puna y Pampas. Monografia XIV. 1ª ed. Museo Regionale di Scienze Naturali, Torino. 949 pp.