Ozotoceros bezoarticus

Identificación: C-C: 110-135 C: 8-15 cm A: 70-75 cm P: 25-40 kg

Es un ciervo  mediano y esbelto. Las patas son delgadas y fuertes, con pezuñas pequeñas. El macho posee astas delgadas, que alcanzan los 30 cm de longitud y por lo general tienen tres puntas: una dirigida hacia adelante y otra dirigida hacia atrás y bifurcada en la parte superior; ocasionalmente se registran ejemplares con más puntas. Las hembras poseen un remolino de pelo blanco en la zona correspondiente a la cornamenta. El pelaje es corto y lustroso, su coloración general varía regionalmente: los ejemplares del norte de Argentina son pardo o pardo grisáceo y el rostro puede presentar una máscara oscura; los del centro de Argentina son bayo o crema claro, también varía entre individuos de una misma población. La parte superior de la cola es del mismo color que el dorso, aunque a veces es más oscura. La cara inferior del cuello, el vientre, la parte posterior de los muslos, la superficie inferior de la cola, así como la zona interna de las orejas, el área alrededor de los ojos, los bordes del labio superior y el extremo de la mandíbula son blancos. La cría al nacer presenta dos hileras de manchas blancas que persisten hasta los tres meses de vida. La hembra es un poco menor que el macho.

Distribución: Originalmente se distribuía en forma continua en los pastizales abiertos del centro y este de Sudamérica, en la actualidad en Argentina sólo subsisten poblaciones muy pequeñas y aisladas en el norte de Corrientes y Santa Fe, en la provincia de Buenos Aires (en la Bahía Samborombón) y en el centro de San Luis. 

Hábitat: Vive en ambientes abiertos,  pastizales, con escasa vegetación arbórea. Presenta una gran tolerancia en cuanto al rango de precipitaciones y a la presencia de agua en el sustrato, pues vive tanto en zonas húmedas de tierras bajas, inundadas la mayor parte del año, así como en zonas secas, con escasas precipitaciones. Evita el relieve quebrado.

Costumbres: De hábitos gregarios; vive en pequeños grupos de 5 o 6 animales, también se observan individuos solitarios y con menor frecuencia hay grupos mayores formados por hasta 18 ejemplares. La proporción de sexos en los grupos es variable, los individuos, especialmente los machos, se mueven libremente de un grupo a otro y no forman harenes. Ante algún peligro, huye a galope con la cola en alto, mostrando la zona blanca para alertar al resto del grupo. Tiene un ritmo de actividad continuo, alternando períodos de alimentación y de descanso, que duran en promedio 1,5 horas. El macho posee en las patas traseras unas glándulas que despiden un fuerte olor a ajo, que es más intensa a fines del verano, durante el período de celo(se  percibe hasta a un km de distancia). El macho renueva su cornamenta anualmente; durante los meses de junio a septiembre se produce la caída; entre octubre y diciembre los cuernos están recubiertos por una felpa, que se seca y cae a partir de enero cuando comienza la época de celo. Su dieta herbívora es muy variada e incluye hojas, semillas y brotes tiernos de herbáceas y gramíneas; también ingiere pasturas implantadas y cultivos.

Reproducción: La época reproductiva es entre fines del verano y el otoño; los machos incrementan su actividad agresiva. Los machos se desplazan en busca de hembras en celo, pero no forman parejas o harenes estables, e incluso las hembras suelen copular con más de un macho. La gestación dura alrededor de 7 meses (nacimientos entre agosto y noviembre). Sólo nace una cría por camada, que pesa unos 2 kg; durante los primeros meses permanece oculta en el pastizal, gracias a su coloración moteada, que desaparece a los tres meses. La lactancia se prolonga por 4 meses, a las 4-6 semanas de vida la cría empieza a ingerir material vegetal. La madurez sexual se alcanza al año de vida. Los machos juveniles van adquiriendo las puntas de sus cuernos, una por año y a partir de los tres años presentan la cornamenta totalmente desarrollada.

Situación poblacional: Era una especie muy común. En la actualidad ha disminuido su distribución en forma drástica y sobreviven unas pocas poblaciones fragmentadas y aisladas, en San Luis (1000 ejemplares), en la provincia de Buenos Aires (menos de 400) y en Corrientes (cerca de 350 individuos). Las causas de su declinación son la intensa explotación comercial (cueros y carne), la caza furtiva, la destrucción y alteración de su hábitat, el ataque de perros, la competencia con el ganado y la transmisión de enfermedades por especies introducidas. Fue declarado Monumento Provincial en Buenos Aires, en 1984, y en Corrientes, en 1992. CITES: Apéndice I. UICN: potencialmente vulnerable. Argentina: en peligro crítico. 

Extraído de:  Olga Vaccaro y Marcelo Canevari;  con colaboración de Gustavo Carrizo.

Guía de Mamíferos del Sur de América del Sur. 1ª. Ed. – Buenos Aires: L.O.L.A., 2007. 424p.; 22 x 15 cm. ISBN 978-950-9725-81-2