Catalpa bignonioides

N.V.: Catalpa común, catalpa, catalpa de la Carolina.

Descripción: Árboles caducifolios, de hasta 15 m de alto, con copa amplia, ramosa y redondeada. Corteza marrón-grisácea, escamosa. Hojas opuestas, simples, con un pecíolo de 8-16 cm; lámina ovada, de 10-20 cm de largo por 10-12 de ancho, base cordada o truncada, ápice abruptamente acuminado, borde entero o provisto de 2 lóbulos pequeños, haz de un verde claro y casi glabra, envés pubescente en las venas. Flores en amplias panículas terminales: monosimétricas, blancas, con manchas amarillas y purpúreas; cáliz bilabiado; corola bilabiada, pentalobular, de 2-5 cm; estambres 2, estaminodios 3; ovario bilocular, pluriovulado; estilo 1, estigma bilobulado. Fruto una cápsula cilíndrica, de 25-35 cm de largo, largamente persistente. Fl. 12-1. Fr. 3-6.

Status y distribución: Introducida; nativa del Sureste de EE. UU. Hábitat: A orillas de ríos. En Patagonia, ornamental.

Resistencia: -28° C.

Observaciones: Toda la planta es levemente venenosa. Muy parecida a C. bignonioides es C. speciosa (Warder ex Bamey) En-gelmann (Catalpa cordifolia St.-Hil.) (Sp. Catalpa dura), cuyas hojas tienen el ápice largamente acuminado y cuyas flores son de boca más amplia.

Extraído de:   Gut, Bernardo.
Árboles - Trees Patagonia. Árboles nativos e introducidos en patagonia. 1a. edición bilingüe - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Vázquez Mazzini Editores, 2017. 416 p. ; 24 x 17 cm. ISBN 978-987-9132-54-8

USOS:

Madera: Múltiples usos, para muebles, construcciones, etc.; también como combustible.

Medicina: Las especies de Catalpa mencionadas contienen catalpin, un iridoide con propiedades diuréticas y laxativas; además, taninos. La corteza y los frutos se emplean como analgésicos y sedativos.