Evaluación de sitios de escalada en los Parques Nacionales

Publicado el 12-07-2021 a las 11:26 hs

La escalada en sus distintas modalidades ha ido creciendo en los últimos años en todo el mundo, también en Argentina y en las áreas protegidas bajo jurisdicción de la Administración de Parques Nacionales, sin embargo en estas últimas aún no ha sido regulada. Como toda actividad antrópica tiene asociado un impacto sobre los sitios y sus componentes (ecológicos, sociales, culturales y espirituales) por lo tanto nos interesa evaluar dichos impactos para poder regular la actividad en los Parques Nacionales donde se practique.

Evaluación de sitios de escalada en los Parques Nacionales

Convocatoria para brindar información acerca de sitios/especies/ rasgos (o elementos) naturales, culturales o espirituales que convivan con la práctica de escalada.

Como consecuencia de la expansión y diversificación de las actividades turísticas y recreativas en las Áreas Protegidas (APs), acompañadas de un aumento en su visitación, se han incrementado los impactos y amenazas sobre los ecosistemas; esto genera preocupación en la gestión de las APs. Por ello es importante evaluar, y anticiparse, a potenciales impactos que el turismo y el desarrollo de estas actividades pueden provocar, a fin de equilibrar el uso de las áreas y su conservación.

Entre las actividades recreativas que se han difundido y crecido en los últimos años, se encuentra la escalada en sus diferentes modalidades: escalada alpina, tradicional, en bloque o boulder y deportiva, entre otras combinaciones y variantes de estas. Ellas presentan diferencias en distintos aspectos, por ejemplo: tipo de superficie (roca, hielo, mixto, muros artificiales), sitios donde se practican y materiales que utilizan.

Entre los tipos de escalada que podrían desarrollarse dentro de las APs bajo jurisdicción de la Administración de Parques Nacionales (APN) podemos destacar: la escalada clásica o tradicional, escalada deportiva y boulder o bloque. Las principales características y diferencias en estas modalidades son las siguientes:

  • Escalada clásica o tradicional: cuando el escalador va colocando seguros en la pared a medida que asciende y asegura la cuerda de escalada a dichos seguros y a su vez, está vinculado a ésta a través de un arnés de cintura. Los seguros se introducen en anclajes naturales (árboles, puentes de roca, puntas de roca, etc.) o artificiales recuperables (como empotradores, fisureros, friends, clavos, nudos empotrados, etc.). Es un tipo de escalada realizada sobre paredes limpias de seguros artificiales permanentes. Suelen ser rutas de varios largos (largo se le llama a la longitud de la pared que puede ser escalable con una cuerda de 60-80 metros aproximadamente). En general, la actividad se realiza en parejas (cordada de dos personas pero eventualmente pueden ser más), y el primer escalador es el que coloca los seguros y luego el segundo escalador, asegurado desde arriba, los va recogiendo a medida que asciende. Dentro de esta modalidad se encuentra la escalada alpina, que se realiza en una montaña de gran altura, donde el objetivo es alcanzar la cima y conlleva otros riesgos como nevadas, avalanchas, etc. En este tipo de escalada se combinan distintas superficies (hielo, roca)  y elementos de seguridad como en la escalada clásica.
  • Escalada en hielo: modalidad deportiva que consiste en ascender por formaciones heladas en montañas o en cascadas de hielo. Su práctica requiere el uso de material específico que permita al escalador progresar en terreno helado, como los crampones, que se colocan en las botas para evitar deslizarse, el piolet, herramienta que hay que clavar en el hielo para poder impulsarse en el ascenso, o piolets en el caso de tracción y los tornillos de hielo para la protección en la escalada. 
  • Escalada deportiva: para este tipo de escalada se colocan estratégicamente anclajes fijos (“chapas”) sobre la pared para asegurar los pasos durante la ascensión. Estos anclajes pueden ser de tipo mecánico, de expansión (como los parabolts) o pernos químico (más resistentes). Por lo general, para equipar estas vías se limpian previamente (se quita la vegetación o piedras sueltas o susceptibles de romperse), para garantizar así la seguridad del escalador. A medida que asciende el escalador va colocando cintas exprés (una cinta que tiene un mosquetón en cada extremo) en los anclajes y pasan por allí (en el mosquetón inferior) la cuerda de escalada, lo que se conoce como chapar. Esta modalidad de escalada ha ido ganando popularidad hasta ser la más común en la actualidad.
  • Escalada en bloque o boulder: en esta modalidad no se utiliza cuerda, el escalador no sube tanto en altura y se coloca en el suelo una colchoneta para evitar golpes ante una caída. Su práctica se realiza sobre rocas o cuevas no demasiado altas, o en las partes inferiores de paredes. Una variante de ésta es el escalada psicobloc: que es como la escalada en bloque, pero cuando la pared es un acantilado y la caída se hace directamente en el agua, y tampoco se utiliza cuerda.

Estas modalidades de escalada podrían practicarse en distintos sitios, montañas y/o formaciones rocosas que se encuentran dentro de las APs, e  implican, como toda actividad antrópica, algún grado de impacto, tanto por el desarrollo de la misma per se (lo que pudiera ocasionar el ascenso de personas por un paredón, como ser la remoción de materiales -vegetal, rocas sueltas, etc.- o cualquier otro tipo de daño), como de las actividades asociadas: el acceso a los sitios de escalada, la permanencia, el pernocte, la generación de desechos, entre otros.

En este sentido, es importante destacar que el acceso a los paredones implica, en general, un recorrido o trekking por áreas que no cuentan con senderos habilitados, lo que trae aparejado la generación de senderos espontáneos, sin evaluaciones para su trazado. Esto a su vez, incrementa las presiones sobre los sitios al  aumentar la compactación y erosión de los suelos; la pérdida de la vegetación, además, puede tener efectos sobre la fauna silvestre (abandono de nidos por ejemplo), la dispersión de especies exóticas, y la generación de residuos en los alrededores, entre otros daños. Asimismo, estos senderos pueden atravesar áreas frágiles cuya degradación sea difícilmente reversible, como mallines, suelos de alta montaña y laderas empinadas particularmente susceptibles a la erosión.     

Ante el crecimiento de la actividad de escalada y su pronóstico para los próximos años, sumado al incremento en la visitación de las APs en general, resulta ineludible comenzar a regularla. Hasta el momento, no existe normativa, como sí existe para otras actividades (trekking, rafting, etc.). No obstante, un Reglamento de actividades de montaña (Res PD N°749/82) aprobado en 1982 contempla algunos aspectos, pero el mismo se encuentra desactualizado y está lejos de considerar todos los escenarios presentes y potenciales. La actividad ha sido habilitada para algunos prestadores turísticos de los Parques Nacionales Nahuel Huapi, Lanín, y Los Glaciares. Sin embargo existe un vacío regulatorio para particulares, aunque de hecho la practiquen.

Esta situación requiere de atención y de un pronto manejo, para prever condiciones seguras en el desarrollo de la actividad, y diseñar herramientas para prevenir impactos ambientales negativos derivados de la falta de regulación. Para ello, es necesario contar con un conocimiento detallado de los sitios comprometidos, sus componentes ecológicos, sociales, culturales y espirituales, más la identificación y clasificación de los impactos según su magnitud y tipo.

En base a este contexto, solicitamos por este medio la colaboración de expertos (investigadores, deportistas, guías profesionales y otros) con conocimientos en las distintas temáticas que potencialmente toca la actividad que se pretende ordenar, y cuyos objetos de estudio o interés puedan verse afectados por el desarrollo extensivo de la actividad de escalada en distintos sitios de las APs bajo jurisdicción de la APN.

Esta solicitud apela al compromiso de todos los expertos en las distintas áreas temáticas para que puedan realizar su aporte, a fin de ahondar en el conocimiento de los sitios y/o componentes ecosistémicos (bióticos: cobertura vegetal, fauna silvestre, biodiversidad en general; o abióticos: suelo, agua, formaciones rocosas), culturales y/o sociales que puedan verse comprometidos con el desarrollo de la escalada o actividades asociadas a ésta. De este modo, se podrán establecer criterios homogéneos y consensuados para la toma de decisiones involucradas en la regulación de la actividad y habilitación de sectores de escalada. Asimismo, la información permitirá establecer líneas de base para detectar posibles cambios y anticipar potenciales impactos ambientales [1], y consecuentemente mejorar el manejo de las áreas.


[1] El impacto ambiental es un cambio o una alteración en el medio ambiente, como consecuencia de la actividad y la intervención humana. Este mismo puede ser positivo,  negativo o neutro.  El impacto negativo implica algún tipo de daño en el ambiente, en la salud de las personas u otros seres vivos.  

La información requerida corresponde a flora, fauna, geología, hidrología, arqueología, antropología, escalada e incluso gestión u otros temas. Ella será recopilada a través de un cuestionario al que podrá acceder todo aquel interesado por medio de este link:

https://forms.gle/k4BYDTR6bXHfx6ae7

Asimismo, existirá en el cuestionario una opción para que todo aquel que desee pueda presentar la información requerida a modo de informe o documento, de manera de explayarse en distintos puntos o incluso contemplar aspectos no considerados en la encuesta.  

¡Muchas gracias por sumarte y colaborar!

Ayudanos también difundiendo esta solicitud.